viernes, 25 de mayo de 2012

El último tango de Pep


El Barça se proclama campeón de la Copa del Rey. Tras 24 minutos de futbol soberbio, en el que barrió del campo al valiente equipo de Bielsa.


Pero el de hoy era un partido que iba más allá. Tenía un halo de que, aún sin la perspectiva que ofrece el paso del tiempo, se trata de un momento histórico para el Barça. Y para el fútbol en general.

Llegó en un momento complejo para el club. El equipo de Rikjaard se encontraba en descomposición. Un pasillo en el Bernabéu y un doloroso 4 a 1 quedaban aún en la retina culé. Y fuimos (me incluyo) muchos los que demandamos algo diferente. Mano dura en el vestuario. Pedimos a Mourinho. Ironías tiene la vida.

Pero Laporta y su Junta, justo es otorgarles este mérito, apostaron por Pep Guardiola. Un joven entrenador que tenía excelente pinta pero que "pecaba" de no tener experiencia. Menos mal...

Pep llegó y vació el vestuario de manzanas podridas. Y construyó el equipo alrededor del mejor. Leo Messi. Para él ha sido todo el diseño táctico construido por Guardiola. El juego del Barça ha sido estos años una maravillosa obra de teatro dirigida a crear los espacios oportunos para que Messi luciera. Primero se le sacó de la banda. Se le creó, a medida, la etiqueta de falso 9. Y ahí ha pulverizado todo lo que conocíamos en el fútbol moderno. Messidependencia? evidentemente. Todo lo que se ha hecho y deshecho, y así lo ha manifestado Pep, ha sido para ayudar a Messi a desplegar lo mejor de su juego. Y así le ha ido al Barça.

La gestión del vestuario ha sido compleja. No parece que la relación de Pep con estrellas como Eto'o o Zlatan sea su fuerte. Se debe, bajo mi punto de vista, al mimo constante del jugador argentino.

Un fútbol maravilloso. El toque, la asociación como buque insignia. Y una presión defensiva asfixiante. Estas son las mayúsculas en la libreta táctica de Pep. Y sin duda, el partido de hoy ha sido un resumen ejecutivo de lo que ha sido el Barcelona de Guardiola. Unos primeros 30 minutos maravillosos, que muestran que cuando el equipo ha estado fresco y al 100% ha sido un ciclón imparable. Y unos últimos 60 de control, de toque, pero sin profundidad ni búsqueda del marco rival. 60 minutos de burocracia. Juego de posición sin mirar hacia arriba. Sin poner en peligro el resultado final, el equipo ha estado un escalón por debajo. Y esta sensación también ha existido, sobre todo, este último año.

Y posiblemente, este trabajo táctico va a tener continuidad con Tito Vilanova. El segundo de Pep. El trabajador silencioso que toma las rendas. De fútbol sabe un rato, ya verán. Pero no es Pep. Ni pretendemos lo que sea.

Lo que ha convertido en único a Pep va más allá del día a día, del trabajo táctico, de ganar o perder partidos. Se ha convertido, sin quererlo además, en el tótem del barcelonismo. Cada rueda de prensa, cada declaración, eran una clase magistral. Nos ha ido educando, a todos y todas que sentimos estos colores, con unos valores que perdurarán. Si es hipocresía, como defienden algunos, no lo sé. Si lo es, dulce hipocresía. Ojalá todas las hipocresías fueran así.

Y ahí es donde el Barça echará de menos a Pep. Normal que así sea. Es necesario que alguien, llámese Zubizarreta, llámese Tito, llámese Junta Directiva, coja el relevo en la cátedra que ha sentado Pep.

Por todo ello, gracias Pep. Como culé y como amante del futbol. Sé feliz, nunca lo serás tanto como nos has hecho a todos los barcelonistas estos años. Y estoy seguro que volverás. Como entrenador, como mánager general, como directivo. Ahora descansa. Desconecta. Disfruta de los tuyos y llénate. En un mundo, el futbolero, donde muchos buscan la ganancia bombardeando barcos ajenos para llegar el primero a puerto, se necesita de faros como tú, que iluminen el camino.

No es un adiós, es un hasta pronto. Humildemente, un servidor.







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